Crema de calabaza con toque suave de roquefort

Las sopas y cremas de invierno son el plato estrella cuando empieza a apretar el frío y nuestro cuerpo necesita unos grados más de calor. La crema de calabaza es una receta clásica, pero con muchas variantes, como esta crema de calabaza con toque suave de roquefort, que creemos que corona el plato matizando el dulzor de la calabaza.

Las cremas de verduras son muy recomendables, porque su valor calórico es bajo y contienen por lo general bastante fibra y vitaminas. Lo bueno de la calabaza es que horneada, hervida, frita o asada, es muy sabrosa y podemos prepararla como guarnición de carne o pescado, con la ensalada e incluso con postres.

Además, la crema de calabaza es una muy buena idea para que los más pequeños comiencen a introducir las verduras y hortalizas en su dieta, su textura y sabor dulce suelen ser bien aceptados.

Esta receta que os ofrecemos es la receta clásica de crema de calabaza, le ponemos el queso roquefort porque nos parece diferente y menos conocido que por ejemplo el toque de curry (el toque de las especias le va genial a la calabaza, pimienta, nuez moscada…), que es buenísimo también. 

El roquefort es considerado por muchos el rey de los quesos. Como sabéis es un queso azul original y denominación de origen de Francia que se realiza con leche de oveja. Su sabor es salado y con un regusto ácido, que contrastará perfecto con el dulzor de la calabaza.

Termina un duro día de trabajo con esta crema calentita y una copita de vino.

¡Buena cocina!